Hoy toca madrugar.
El hotel pone a nuestra disposición y de forma gratuita una barca para ver el amanecer.
El espectáculo es igual de impresionante que el día anterior, y es que hasta que no sale el sol no acabará la Puja.
El fervor de los millones de peregrinos congregados a orillas del Ganges es estremecedor.
Con el sol ya en lo alto nos hemos ido con Poncho a desayunar a un sitio con corte occidental donde los precios están un poco subidos pero la comida es excelente y se agradece.
Por la noche en cambio nos hemos ido a un pequeño restaurante nepalí con concierto de tabla incluido, a cenar con los argentinos y Poncho.
El hotel pone a nuestra disposición y de forma gratuita una barca para ver el amanecer.
El espectáculo es igual de impresionante que el día anterior, y es que hasta que no sale el sol no acabará la Puja.
El fervor de los millones de peregrinos congregados a orillas del Ganges es estremecedor.
Por la noche en cambio nos hemos ido a un pequeño restaurante nepalí con concierto de tabla incluido, a cenar con los argentinos y Poncho.
Ha habido muchas risas y es que los indios son unos personajazos de cuidado y dan mucho juego. Unas risas!!!!