A las 8.00 hemos cogido un autobus hacia Yangon (3 horas de viaje).
Nos hemos alojado en un restaurante-hotel regentado por una familia japonesa. Todo un acierto, totalmente nuevo, la familia un encanto, la comida buenisima y muy barata; acaban de inagurar las 4 primeras habitaciones y somos los primeros huespedes.
Si a nuestra llegada a Birmania, tres semanas atras, nos alojamos en el decadente casco antiguo esta vez estamos en plena zona comercial.
Hemos flipado con esta parte de la ciudad, 2 mundos distintos.
Centros comerciales de lo mas moderno, tiendas y restaurantes al mas puro estilo occidental; y la gente, los jovenes sobre todo, con una estetica MTV inimaginable en otras partes de Birmania.
Por aqui, los Levi's han sustituido a los tradicionales Longyis (faldas largas para ellos), y los make-up de revlon o l'oreal al tradiccional tanaka.
Supermercados donde no falta los mejores pates franceses, los mas caros vinos italianos o los mas exclusivos whiskys escoceses, todo ello a un desorbitado precio europeo.
Toda una zona para el goce y disfrute de los gerifaltes y afines al gobierno.
En las calles aledañas, mansiones fortificadas para estos expoliadores de la dignidad humana.