Hoy hemos emprendido el viaje hacia Pakokku.
Como de costumbre hemos llegado tarde a la estacion de autobuses y hemos perdido el bus directo. No nos ha quedado otra que cogernos un autobus direccion a Monywa. A mitad de trayecto nos han subido a otro bus direccion a Pakokku. En menos de 2 minutos han cargado nuestras mochilas al otro autobus y nos han ubicado en unas mini-banquetas de plastico en el pasillo. El autobus, viejo y destartalado esta a rebosar.
A la entrada de Pakokku los militares nos han acribillado a preguntas. Quieren saber de donde somos, que hacemos y sobre todo que pintamos aqui. Lo cierto, es que conociendo la ciudad esta ultima pregunta tiene dificil respuesta; es una fea ciudad de calles polvorientas cuyo unico atractivo para nosotros radica en estar a mitad de camino entre Mandalay y Bagan y ofrecernos la oportunidad de llegar a esta ultima en barco.
Nada mas llegar, a la desoladora guesthouse donde nos alojaremos esta noche, la policia ha llamado por telefono pidiendo nuestros pasaportes y una fotocopia de estos. Menudo seguimiento!!
Mas tarde nos enteraremos del motivo de tanto control policial. Pakokku fue cuna de la revuelta de los monjes 1 año atras y somos los unicos turistas en la ciudad.
La ciudad ha acabado gustandonos, todo el mundo nos saluda y curiosea sobre nuestras vidas.
La gente muy simpatica y la comida extremadamente barata.