
Como de costumbre hemos llegado tarde a la estacion de autobuses y hemos perdido el bus directo. No nos ha quedado otra que cogernos un autobus direccion a Monywa. A mitad de trayecto nos han subido a otro bus direccion a Pakokku. En menos de 2 minutos han cargado nuestras mochilas al otro autobus y nos han ubicado en unas mini-banquetas de plastico en el pasillo. El autobus, viejo y destartalado esta a rebosar.


Mas tarde nos enteraremos del motivo de tanto control policial. Pakokku fue cuna de la revuelta de los monjes 1 año atras y somos los unicos turistas en la ciudad.
La ciudad ha acabado gustandonos, todo el mundo nos saluda y curiosea sobre nuestras vidas.
La gente muy simpatica y la comida extremadamente barata.
