
El lugar no tiene grandes atractivos pero es bastante apacible, asi que para descansar un par de dias y recuperarnos del trekking no esta nada mal.

El restaurante, como no, quitando nuestra mesa, totalmente vacio. Aun asi la competencia miraba con envidia. Panorama totalmente desolador para todo aquel que intenta vivir del turismo.
Muchas familias malviven como consecuencia del nefasto año que estan teniendo.
A la revuelta de los monjes y al ciclon hay que añadirle el llamamiento al boicot contra Birmania como destino turistico que se esta haciendo desde varios gobiernos y distintas ONGs .


Primero, habria que diferenciar entre viajes organizados de tour operadores, que si pactarian y dejarian cantidades ingentes de dinero a la Junta Militar, con el turismo independiente.
Este ultimo, por regla general, con un presupuesto ajustado se aloja en guesthouse y come en restaurantes regentados por familias. Gran parte del dinero revierte pues en la gente que mas lo necesita. Que de lo pagado, el gobierno se quede con un 12% o mas a nuestro modo de ver es un mal menor.

Hay que ser un poco menos cinico, matar al pueblo de hambre para derrocar una dictadura nunca ha sido la solucion. Y sino que se lo digan al compañero Fidel que ha capeado cuantos boicots ha querido.


Nosotros estamos en total desacuerdo con el boicot.
Creemos que la miseria, ignorancia y miedo, y no el turismo, son los verdaderos elementos perpetuadores de la dictadura.
Esto es una opinion muy personal y subjetiva pero en todo caso ,lo que esta claro es que el derrocamiento del regimen actual tiene que hacerse desde dentro.
