Hoy vamos a Semenggoh, un Centro de Rehabilitacion de Orangutanes.
Son animales que han sido rescatados de las manos de traficantes , que han estado enfermos o huerfanos.
Estan en libertad, viven en la selva, pero se les hace un seguimiento y se les proporciona comida 2 veces al dia.
El autobus que debia llevarnos hasta alli nunca aparecio asi que finalmente tuvimos que negociar un taxi.
Hemos llegado a las 9.00 a.m, hora en que se les da de comer. Hay una plataforma, en donde uno de los rangers deposita la comida y lanza un par de alaridos (estilo Tarzan) a modo de llamada.
Tras 30 min. de espera y unos cuantos berridos mas por fin se deja ver un hambriento orangutan.
Finalmente aparecen hasta 5, lo mejor: como van surgiendo de la nada y se van descolgando de arbol en arbol hasta alcanzar la plataforma.
Estamos situados a unos pocos metros y el espectaculo es increible.
Permanecemos alli cerca de 1 hora, estuvo gracioso, entre ellos se hacen perrerias, y se roban la comida. (Ver Video).
Sólo se encuentran en los bosques tropicales de las islas de Borneo y de Sumatra. La palabra orangután deriva del malayo Orang Hutan que significa hombre de la selva. En posición vertical pueden alcanzar los 2 metros (aunque rara vez superan los 1,75 m) con una apertura de brazos de 3 metros. Los ejemplares machos llegan a pesar más de 120 kilos.
Los orangutanes son una especie en peligro. Han sufrido la destrucción de gran parte de su hábitat natural debido a la tala indiscriminada, la minería y los incendios forestales que se han incrementado notablemente en la última década. (Ver Video).
Gran parte de las actividades ilegales, tienen lugar dentro de los parques nacionales aunque están oficialmente fuera de los límites permitidos a los taladores, mineros y agricultores. Existe también un problema grave con la captura ilegal de las crías de los orangutanes que son vendidas como mascotas. Los captores usualmente matan a la madre para robar la cría. La esperanza de vida para cada individuo es de 40 años aunque en zoológicos y siendo bien tratados han llegado a alcanzar los 57 años.
Como no tenemos autobus de vuelta, hemos hecho auto-stop. Una familia nos ha acercado hasta la entrada del Parque y alli hemos negociado con el conductor de una furgoneta privada. Al ser un viaje de strangis hemos tenido que ir a su casa a dejar la furgo y luego nos ha acercado con su coche particular. Ya en Kuching de nuevo, hemos tomado un autobus para irnos a Bako National Park.
