Por la mañana hemos partido hacia San Martin de los Andes. Hemos ido recorriendo la Ruta de los 7 Lagos. El camino es realmente bonito pero ya estamos empachados de tanto lago....y claro, las comparaciones son odiosas pero seguimos teniendo muy fresco el recuerdo del Titicaca.
El pueblo es bonito pero nada espectacular, de nuevo demasiado turistico y un cierto halo de artificialidad hace que decidamos quedarnos unicamente una noche.
En los alrededores un par de caminatas interesantes y un enclave mapuche.
De lo mejor, las risas que nos echamos en la casa donde nos alojamos.
El alojamiento nos lo ofrecio un tipo en la estacion, y tras negociar con el para alla que nos fuimos. Cabaña "numero 4" con acceso a internet a un precio irrisorio. Cuando llegamos alli la tal cabaña numero 4 no existia. Habia 3 bonitas cabañas de madera y al fondo del todo una casita que resulto ser la vivienda del tipo en cuestion. La señal de internet evidentemente se la robaba al hotel de al lado, vamos un maestro. Primero nos ofrecio una pseudo-habitacion sin puertas que rechazamos amablemente y nos ubico en el que resulto ser su propio cuarto. La habitacion, muy bien, espaciosa, con television y cuarto de baño.
El tipo se dedica a alquilar todas las habitaciones de la casa (la suya, la de sus hijos y una individual).
Por la casa solo retratos de los hijos, ninguno de la parienta (posiblemente ex).
Un personajazo sin desperdicio que se autoinvito a un trozo de nuestra suculenta pizza del almuerzo y a unas rodajitas de salami.Las risas fueron pocas........!!!!!
En un par de viajes mas a la estacion de autobuses consiguio ya llenar la casa (una pareja de israelitas y una catalana).
Lo mas fuerte, cuando regresamos por la noche y nos lo encontramos durmiendo sobre un colchon en la cocina. Muchas risas al principio pero luego nos dio algo de pena. Una situacion un tanto triste la suya.
El pueblo es bonito pero nada espectacular, de nuevo demasiado turistico y un cierto halo de artificialidad hace que decidamos quedarnos unicamente una noche.
En los alrededores un par de caminatas interesantes y un enclave mapuche.
De lo mejor, las risas que nos echamos en la casa donde nos alojamos.
El alojamiento nos lo ofrecio un tipo en la estacion, y tras negociar con el para alla que nos fuimos. Cabaña "numero 4" con acceso a internet a un precio irrisorio. Cuando llegamos alli la tal cabaña numero 4 no existia. Habia 3 bonitas cabañas de madera y al fondo del todo una casita que resulto ser la vivienda del tipo en cuestion. La señal de internet evidentemente se la robaba al hotel de al lado, vamos un maestro. Primero nos ofrecio una pseudo-habitacion sin puertas que rechazamos amablemente y nos ubico en el que resulto ser su propio cuarto. La habitacion, muy bien, espaciosa, con television y cuarto de baño.
El tipo se dedica a alquilar todas las habitaciones de la casa (la suya, la de sus hijos y una individual).
Por la casa solo retratos de los hijos, ninguno de la parienta (posiblemente ex).
Un personajazo sin desperdicio que se autoinvito a un trozo de nuestra suculenta pizza del almuerzo y a unas rodajitas de salami.Las risas fueron pocas........!!!!!
En un par de viajes mas a la estacion de autobuses consiguio ya llenar la casa (una pareja de israelitas y una catalana).
Lo mas fuerte, cuando regresamos por la noche y nos lo encontramos durmiendo sobre un colchon en la cocina. Muchas risas al principio pero luego nos dio algo de pena. Una situacion un tanto triste la suya.